Justicia para Elvia Zúñiga
Elvia Zúñiga, luchadora social, inteligente profesora y activista fundadora de la CNTE, fue brutalmente asesinada el 9 de octubre de 2010, por Noé David Tovar Galván. El asesino de 20 años de edad intentó escapar, pero al ser detenido confeso su crimen. Actualmente enfrenta en reclusión un proceso penal por homicidio calificado. Su sentencia fue dictada el 14 de diciembre de 2010 por la Jueza Flor Fernández de Castro Vargas, de la Sexagésima Sala del Reclusorio Oriente y consistió en 27 años y seis meses de prisión, así como el pago de 38 mil 90 pesos por “daños materiales”. La resolución fue apelada y será el Magistrado Raúl Jaime Campos Rábago, del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, quien dé a conocer, en días próximos, la nueva sentencia. Pan y Rosas realizamos una entrevista a Beatriz y Guadalupe, dos de las compañeras que toman ofensivamente la lucha por justicia para Elvia. Ellas son parte del Comité de Familiares y Amigas de la Profesora Elvia Zúñiga que hoy lucha por justicia para quien fuera su compañera y amiga durante más de 30 años.
¿Quién fue Elvia Zúñiga?
Elvia fue profesora de Educación Básica, Educación Media, Educación Especial (Unidades de Servicio de Apoyo a las Escuelas Regulares), de nivel superior en la Universidad Pedagógica Nacional y en la Benemérita Escuela Nacional de Maestros. Realizó estudios de posgrado en Educación. Se desempeñó como asesora y capacitadora técnico-pedagógica en la Dirección General de Educación Tecnológica. Fue fundadora y colaboradora del Centro de Investigación para el Éxito y la Calidad Educativa (CIEXCE), integrante del Centro de Altos Estudios e Investigación Pedagógica (CAEIP) y del Colectivo para el Desarrollo Educativo Albanta, SC. Fue además, fundadora de la revista Palabra y realidad del Magisterio y autora de los libros Aprender a enseñar Educación Cívica y Adolescentes y aprendizaje escolar. Guía de Trabajo; coautora de En busca de dragones. Coordinadora de diversos talleres, cursos y diplomados dirigidos a docentes. A finales de la década de los ochenta ocupó el cargo de Comisaria en la Sociedad Mutualista del Seguro del Maestro.
¿Cómo ocurrió su asesinato?
Elvia Zúñiga fue asesinada en octubre de 2010 por Noé Daniel Tovar Galván, un ex alumno al que conoció en 2004, cuando se desempeñaba como apoyo pedagógico en una Unidad de Servicio de Apoyo a las Escuelas Regulares (USAER) con un grupo de jóvenes con problemas de aprendizaje y a quienes se les apoyaba para que lograran terminar la secundaria. Como Elvia creía que este sistema es excluyente y que las políticas públicas no insertan a los jóvenes ni les ofrecen alternativas, apelaba a la sensibilidad de los profesores y desde su trinchera buscó acercar a los docentes con las problemáticas de los alumnos. Por eso, esa tarde abrió la puerta de su domicilio, tal y como otras veces lo hizo, no sólo para dar seguimiento a las tesis, tareas y prácticas escolares, sino para escucharlos y reconfortarlos, para ofrecerles alguna solución cuando vivían situaciones de violencia u hostigamiento sexual en sus hogares, para invitarles la comida cuando su situación económica hasta eso les negaba. Elvia los escuchaba y los estudiantes acudían a ella, que sabía de sus preocupaciones, de sus conflictos familiares, amorosos, económicos, académicos. Ella no practicaba métodos pedagógicos tradicionales. Su formación académica le permitía postular nuevas técnicas y metodologías aplicadas al conocimiento. Solía incitar a los jóvenes al debate e insistía en la idea de que el trabajo en las aulas debía complementarse con el arte y las expresiones culturales, para contribuir así a su formación integral.
Esa tarde Noé Daniel fue a buscarla. Le dijo que necesitaba hablar con ella, pero de manera alevosa y cobarde la apuñaló.
Elvia fue una profesora de vanguardia, que apostó por propuestas innovadoras y que su compromiso con los niños y jóvenes del país tenía fuertes raíces en sus convicciones políticas, en su militancia en diversos movimientos sociales: como fundadora de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y a través de su trabajo solidario con los damnificados del sismo de 1985, con los trabajadores de la Cooperativa Pascual, con el movimiento zapatista, con el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco, con la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, con los indígenas triquis de San Juan Copala y desde luego, con la lucha de las mujeres por sus derechos reproductivos y sexuales. Frente a dicha trayectoria académica y política, y en virtud de la amistad de más de tres décadas con Elvia, rechazamos tajantemente los argumentos misóginos y machistas de Noé para justificar su crimen. Ella no “abusó sexualmente de él cuando fue su alumno de primaria”, esto fue desmentido categóricamente, pues se demostró que Elvia no fue su profesora en esa etapa de su vida y que no hay un solo elemento que pruebe tal aseveración.
¿Qué han hecho las autoridades desde la detención del asesino y a la fecha?
Hubo negligencia por parte del Ministerio Público en la integración de la averiguación previa para esclarecer ciertos datos sobre las circunstancias en que actuó el asesino; igualmente, hubo descuido al formular el pliego acusatorio y no se tomaron en cuenta varios aspectos que los abogados de Elvia consideraron importantes. Incluso, los Ministeriales en Benito Juárez intentaron robarse la computadora personal de la profesora y la Procuraduría del Distrito Federal mantiene retenidas sus pertenencias (documentos personales, credenciales, computadora, muebles, ropa y todo lo que hay en el departamento en el que ella vivía) desde octubre pasado, sin que haya diligencias por hacer. En cuanto a la resolución, la jueza no fue justa al aplicar la sentencia en función de la gravedad del ilícito y el grado de culpabilidad del feminicida.
¿Qué postura tomó la CNTE ante este crimen?
La CNTE, junto con otras organizaciones en las que militó Elvia Zúñiga elaboró un pronunciamiento exigiendo justicia y demandando el esclarecimiento de su muerte. Asimismo, rechazó la misoginia y el lenguaje machista usado hacia la persona de Elvia por el agresor y algunos medios de comunicación que redujeron el feminicidio a un crimen con tintes pasionales. A la fecha, la Coordinadora, a través de las diferentes secciones sindicales ha dado seguimiento al caso y permanece atenta a las resoluciones judiciales.
¿Qué acciones han realizado los amigos, familiares y compañeros de Elvia en su exigencia de justicia?
Ante la insensible e injusta sentencia dictada por la jueza Flor Fernández de Castro Vargas en diciembre de 2010, los familiares, amigos y compañeros de Elvia, decidimos organizarnos en un Comité que diera seguimiento al caso y no permitiera que este asesinato quedara impune. La resolución judicial de Fernández de Castro evidenció que en México, las instituciones encargadas de impartir justicia no son sensibles a la problemática del feminicidio y que aunque las autoridades emiten declaraciones al respecto y crean fiscalías especiales y áreas de atención en materia, en la práctica, los deudos de las víctimas de actos feminicidas sólo tienen un camino: denunciar y salir a las calles a luchar por justicia. Eso hemos hecho. Nos manifestamos diversas ocasiones: el 17 de febrero de 2011, cuando la Coordinadora Metropolitana contra la Militarización convocó a la marcha para recordar a las 32 mil víctimas de la “guerra” absurda de Calderón; el 8 de marzo junto a los contingentes de mujeres en la marcha convocada por el Movimiento contra el Feminicidio; el 15 de marzo hicimos un mitin frente al Tribunal Superior de Justicia del DF, el 25 de marzo fuimos a la UAM Iztapalapa para difundir el caso. En febrero nos sumamos a los esfuerzos que realizan diversas organizaciones y activistas independientes. El objetivo de nuestras acciones es visibilizar los feminicidios y concientizar a la población sobre esta problemática que alcanza a todas las mujeres, independientemente de su edad, estado civil, status socioeconómico o nivel educativo.
Mientras las autoridades no reconozcan el enorme daño que los crímenes por razones de género provocan en la sociedad y no se tipifique el feminicidio como un delito grave, no se puede hablar de voluntad política para prevenir y erradicar los asesinatos de mujeres en nuestro país. Entendemos que la exigencia de justicia para Elvia Zúñiga es también la exigencia de justicia para Marisela Escobedo, Rubí Frayre, Susana Chávez, Alí Cuevas, Laura Berenice Ramos, Esmeralda Herrera y tantas mujeres más asesinadas por su condición de género.
Asimismo queremos agradecer a las compañeras de Pan y Rosas y del Movimiento Contra el Feminicidio, por todo el apoyo y la solidaridad que nos han ofrecido.
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