En 2008 se anunció la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), que busca el desmantelamiento del sistema educativo público en México. Producto de un pacto entre el gobierno federal y la cúpula del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), pero también como respuesta a las “recomendaciones” de organismos internacionales como la OCDE, esta alianza formaliza medidas como el concurso nacional de oposición, mediante el cual se frena el ingreso de los normalistas (cuya formación está a cargo del estado) al ámbito laboral, violando además un acuerdo vigente entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el SNTE, que otorga a los egresados de las normales públicas el derecho automático a una plaza.
Contra esta medida, los egresados de la Escuela Normal Superior de México (ENSM) se organizaron y se movilizaron a principios de agosto para reivindicar sus derechos, logrando acordar con las autoridades su contratación.Hoy, sin embargo, las autoridades no cumplen los acuerdos, obligando a muchos a firmar contratos en términos distintos a los convenidos bajo la amenaza de “tómelo o déjelo”; mientras tanto, muchos otros permanecen desempleados, ya sea porque no han sido llamados o porque están atravesando por un tortuoso proceso burocrático que parece no tener fin; y por si fuera poco, un sector parece haber sido deliberadamente excluido de las contrataciones, en donde todo apunta a una represión selectiva, pues se trata de compañeras que se han destacado por su presencia en las movilizaciones.
Simultáneamente, en los últimos meses se ha intensificado el ataque a la educación pública y a los trabajadores de la educación. Para allanar el terreno y avanzar en la implementación de los planes contenidos en la ACE, el gobierno ha lanzado una ofensiva para desaparecer los turnos vespertinos en las secundarias (por ahora contenida gracias a la movilización de los maestros), privando de esta alternativa a alumnos y padres de familia, saturando –antipedagógicamente- los turnos matutinos y desapareciendo plazas docentes. En el mismo sentido, se está reduciendo la cantidad de grupos en ambos turnos y se está buscando la desaparición de las secundarias para trabajadores y las telesecundarias. Por otro lado, muchos maestros no basificados se están quedando sin empleo o están en riesgo de perderlo, pues no se les están renovando los contratos, al tiempo que a muchos otros se les están cambiando arbitrariamente y sin previo aviso sus claves de contratación, precarizando así sus condiciones laborales.
Contra esta medida, los egresados de la Escuela Normal Superior de México (ENSM) se organizaron y se movilizaron a principios de agosto para reivindicar sus derechos, logrando acordar con las autoridades su contratación.Hoy, sin embargo, las autoridades no cumplen los acuerdos, obligando a muchos a firmar contratos en términos distintos a los convenidos bajo la amenaza de “tómelo o déjelo”; mientras tanto, muchos otros permanecen desempleados, ya sea porque no han sido llamados o porque están atravesando por un tortuoso proceso burocrático que parece no tener fin; y por si fuera poco, un sector parece haber sido deliberadamente excluido de las contrataciones, en donde todo apunta a una represión selectiva, pues se trata de compañeras que se han destacado por su presencia en las movilizaciones.
Simultáneamente, en los últimos meses se ha intensificado el ataque a la educación pública y a los trabajadores de la educación. Para allanar el terreno y avanzar en la implementación de los planes contenidos en la ACE, el gobierno ha lanzado una ofensiva para desaparecer los turnos vespertinos en las secundarias (por ahora contenida gracias a la movilización de los maestros), privando de esta alternativa a alumnos y padres de familia, saturando –antipedagógicamente- los turnos matutinos y desapareciendo plazas docentes. En el mismo sentido, se está reduciendo la cantidad de grupos en ambos turnos y se está buscando la desaparición de las secundarias para trabajadores y las telesecundarias. Por otro lado, muchos maestros no basificados se están quedando sin empleo o están en riesgo de perderlo, pues no se les están renovando los contratos, al tiempo que a muchos otros se les están cambiando arbitrariamente y sin previo aviso sus claves de contratación, precarizando así sus condiciones laborales.
Ante esta embestida contra la educación pública y los derechos de los trabajadores de la educación, llamamos a las organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, a intelectuales y a los sindicatos opositores a sumarse con su firma a esta campaña de denuncia internacional.
Los abajo firmantes exigimos la contratación inmediata de todos los egresados de la ENSM según los términos convenidos con las autoridades de la SEP; nos pronunciamos en contra de cualquier represión sobre quienes defienden legítimamente el derecho a ejercer su profesión; exigimos el cese de compactación de grupos y el intento de desaparecer las secundarias para trabajadores y telesecundarias; exigimos la renovación de contrato y la basificación de todos los maestros; y nos pronunciamos en contra de la ACE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario