Solidaridad con nuestras hermanas migrantes y contra la ley Arizona
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En América Latina, 53 millones de personas viven desnutridas, el 35% de la población vive en la pobreza, 20 millones son desempleados, sin contar las filas de subempleados con salarios que no llegan a los 5 dólares diarios. Esta es consecuencia de las políticas imperialistas en el continente, donde la expoliación y los negocios capitalistas son la prioridad y las fronteras son verdaderos campos de trabajo y represión donde trabajadoras y trabajadores de todas las nacionalidades cuando no pierden la vida, viven en la clandestinidad, bajo la explotación sin ningún derecho.
El endurecimiento de las medidas antiinmigrantes, como la nueva Ley SB1070 de Arizona, son consecuencia de la crisis económica internacional, donde el imperialismo refuerza las medidas racistas y xenófobas que justifican la brutalidad en las condiciones de explotación para hombres y mujeres, violando todos sus derechos, sin acceso a la salud, a la educación, el trabajo, vivienda, con transgresiones físicas y sexuales bajo total impunidad.
Así se garantiza la súper explotación para millones de trabajadores latinoamericanos, mientras los trabajadores mexicanos que radican en Estados Unidos generan el 3.7% del PIB de ese país y una acumulación de riqueza que equivale al 50% de la producción de bienes y servicios de la economía mexicana.
Este año se suman casi 40 millones de inmigrantes en Estados Unidos, el número más alto de la historia del país con una inmensa mayoría hispana, donde casi la mitad son ilegales y mexicanos. En este contexto hombres y mujeres sufren múltiples tragedias durante su camino a ese país, tan sólo al año, la Secretaría de Relaciones Exteriores en México destina más de 50 millones de pesos en repatriaciones de mexicanos que mueren en su intento por cruzar la frontera y se estima que desde la puesta en marcha de la “operación guardián” han muerto unos 10 mil migrantes.
De los que logran cruzar la frontera solo una minoría consigue establecerse en algún empleo, bajo dictaduras patronales sin ningún derecho, donde miles de mujeres se convierten en mano de obra esclava, con trabajos domésticos, de servicios o maquiladoras con jornadas extenuantes, sin días libres.
Así las mujeres trabajadoras que migran viven la explotación de clase en las fábricas, talleres y maquilas y la opresión y violencia de género que las hace víctimas del feminicidio, las violaciones, el reclutamiento a las redes de trata y prostitución, viviendo -a expensas de ellas- las pandillas, los narcos, la policía, las autoridades migratorias y los grupos xenófobos. Las leyes racistas del imperialismo, solo endurecen esta de por sí, insostenible situación.
A esto se suma la Ley Arizona, que permite la detención de personas consideradas como sospechosas de ser “ilegales” por sus rasgos físicos. Mientras las ganancias de la fuerza de trabajo “ilegal” circulan libremente por el mundo, aumenta la represión policial contra los migrantes, las redadas en centros de trabajo, los allanamientos y las deportaciones. Ya bajo el gobierno de Bush se duplicaron las deportaciones, pero Obama, está en vías de deportar la cifra récord de 400 mil personas en 2010, 70% de los cuales son indocumentados sin antecedentes delictivos capturados en redadas y operativos policiales, locales, estatales y federales. Esta persecución obliga a cientos de mujeres a dejar a sus hijos en Estados Unidos, bajo la custodia de algún familiar, muchas de ellas son deportadas directo de sus centros de trabajo sin posibilidad de llevar consigo a sus hijos, situación más trágica en los casos de madres solteras.
Hoy en medio de esta escalada racista del imperialismo, esta mayoría femenina, que provee y se mantiene a la cabeza de sus hogares cargará ahora con la nueva persecución policial y patronal, en las condiciones más precarias, total desamparo legal y soportando mayores niveles de violencia y abusos sexuales perpetrados por las policías.
En menos de dos meses que lleva en vigor la Ley Arizona, se suman ya 17 muertes en la frontera México-Estados Unidos, como la del joven de 14 años, Sergio Adrián Hernández, asesinado el 9/Junio en suelo mexicano, por un agente federal estadounidense que le disparó cuando jugaba con otros niños cerca del puente del Río Bravo.
Por eso, nosotras – mujeres trabajadoras, desempleadas, estudiantes, amas de casa, activistas feministas, lesbianas - anticapitalistas, nos solidarizamos con nuestras hermanas y todos los latinoamericanos y afroamericanos que se encuentran en Estados Unidos y sufren la persecución anti-inmigrante, y nos pronunciamos contra toda forma de racismo y xenofobia.
Hacemos un llamado internacional a levantar una campaña unitaria de las organizaciones de mujeres, feministas, de la disidencia sexual, lesbianas, comisiones sindicales de mujeres, organismos de derechos humanos, estudiantiles y obreros, para tomar las calles hasta echar abajo la ley Arizona y que se oiga nuestra voz que reclama:
Abajo la ley Arizona
Alto a la represión de la xenófoba policía de Arizona contra los inmigrantes
Basta de violencia contra la mujer
Alto a los feminicidios, ni una muerta más
Castigo a los culpables de la trata y prostitución de miles de mujeres migrantes
Por un gran movimiento internacional de lucha contra la ley Arizona
Por plenos derechos laborales para los trabajadores inmigrantes.
Plenos derechos para la mujer trabajadora
Unidad de los trabajadores a ambos lados de la frontera
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