Presentada en el Foro de Pan y Rosas sobre la reforma laboral en la Facultad de Derecho, el 28/Abril
La iniciativa de reforma laboral presentada por el PAN en la Cámara de Diputados, deteriora aún más a las condiciones laborales de las 16.9 millones de trabajadoras.
Entre otras cosas porque la base de opresión que hace a la mujer, con el cuidado de los hijos, la casa y el trabajo, se mantienen intactas, no hay responsabilidad ni del estado ni de los patrones para que la mujer pueda deslindar responsabilidades domésticas que disminuyan su jornada de trabajo diaria, que comienza en casa, sigue en el trabajo y termina cuando el último miembro de la familia se va a la cama. Sigue nota...
La nueva propuesta de reforma, no solo ignora los derechos que ya de por sí deberían ser básicos para una mujer trabajadora o una familia trabajadora, el derecho a guarderías, comedores, transporte seguro a casa, seguridad social. Y las empresas que mantienen estos derechos, son producto de conquistas que no se han podido eliminar, pero no sucede así con las miles de fábricas de las zonas industriales del Estado de México, Vallejo y área metropolitana, donde la mujer, debe garantizar su jornada laboral, sin derecho a ir formando una antigüedad, con los aumentos cotidianos en la productividad, falta de contratos colectivos, sin derechos sindicales –donde la mayoría de fábricas de estas zonas, tienen sindicatos blancos, coludidos y respaldados por la CTM, bajo la impunidad de los gobiernos locales y federal–.
La nueva propuesta de reforma, no solo ignora los derechos que ya de por sí deberían ser básicos para una mujer trabajadora o una familia trabajadora, el derecho a guarderías, comedores, transporte seguro a casa, seguridad social. Y las empresas que mantienen estos derechos, son producto de conquistas que no se han podido eliminar, pero no sucede así con las miles de fábricas de las zonas industriales del Estado de México, Vallejo y área metropolitana, donde la mujer, debe garantizar su jornada laboral, sin derecho a ir formando una antigüedad, con los aumentos cotidianos en la productividad, falta de contratos colectivos, sin derechos sindicales –donde la mayoría de fábricas de estas zonas, tienen sindicatos blancos, coludidos y respaldados por la CTM, bajo la impunidad de los gobiernos locales y federal–.
Hoy son miles los empleos inestables para hombres y mujeres, con más de la mitad de mujeres en las cifras de desempleados, aún cuando el 40% cuenta con estudios de preparatoria y licenciatura. Y es que miles de mujeres trabajadoras no tienen acceso a la salud, pues el 60% labora sin ningún tipo de seguridad social y con salarios de hambre, donde además, 89 mil 176 mujeres no perciben ingresos, 186 mil 412 reciben de 2 a 3 salarios mínimos, 231 mil 531 perciben de 3 a 5.
Sobre esta base ya antidemocrática y propatronal del funcionamiento del trabajo, se impulsa una nueva propuesta de reforma laboral, que aumentará la dureza de las actuales condiciones laborales para la mujer trabajadora.
¿Por qué? Porque Calderón no ha pensado en los derechos de la mujer trabajadora al lanzar esta propuesta, solo cuenta las ganancias, despojando a los trabajadores de conjunto de todos ellos y ajustando la ley a mayores condiciones de miseria y explotación.
La iniciativa por ejemplo plantea que las mujeres- además de hacerse cargo de las tareas domésticas y del cuidado de hijas e hijos- puedan conseguir un ingreso, podrán trabajar por horas, sin prestaciones sociales y sin el reconocimiento de la relación laboral.
Las mujeres en el mercado laboral son el 37.9% de las 44.5 millones de personas ocupadas en el país, hasta 2009, según el INEGI, la mayor parte de ellas se ocupa en empleos que no cumplen con los derechos laborales establecidos en la actual Ley Federal del Trabajo. Entre las garantías transgredidas está la seguridad social, prestaciones como vacaciones, aguinaldo, utilidades, el derecho a una pensión digna, entre otras, señaló la sindicalista, quien advirtió que con la iniciativa del PAN, esta situación de deterioro además de ser “legal” se profundizaría, sobre todo en el caso de la contratación por horas.
Este tipo de contratación, para el PAN beneficia a mujeres, jóvenes y estudiantes, le da marco jurídico a una modalidad que aumenta la carga de trabajo de las mujeres para laborar en condiciones que violentan los derechos mínimos, establecidos en la LFT y en marcos internacionales.
Existe un convenio (el 156) de la Organización Internacional del Trabajo, que señala el compromiso que deben tener los Estados en la generación de leyes y políticas públicas que atiendan la problemática de la corresponsabilidad de las tareas del cuidado del hogar, pero en vez de garantizar las responsabilidades del estado en cuanto a las tareas domésticas, con el fin de que las mujeres puedan tener empleos formales, el gobierno apuestan a incorporar a la mujer en trabajos precarios para que se alleguen un ingreso que les impida morir de hambre”.
Mientras la mayoría de los 27.6 millones de trabajadores en México cumple con una jornada de ocho horas, y con ello, establecen una relación de trabajo formal, que les permite gozar de los derechos laborales mínimos. “A las trabajadoras les ofrecen un empleo que les permita cumplir con su responsabilidad en el hogar” (como dice la propuesta), esto es lo que llaman considerar a la mujer en la nueva reforma. Además está la nueva contratación individual, "de temporada, a prueba, a destajo" (como le llaman). La realidad de miseria en miles de familias trabajadoras que laboran por horas demuestra que este tipo de contratación “por horas, temporada, a destajo y a prueba”, se oponen a la idea de una jornada laboral digna, con prestaciones, contratación colectiva y seguridad social, derechos de antigüedad.
Además con el intento de legalizar el "outsorcing", se abarata la mano de obra femenina anulando aspectos básicos para la estabilidad laboral y las garantías mínimas de las que deben gozar las y los trabajadores. Como la modificación que dice “fomentar multifunciones para aumentar la productividad, incorporar la contratación individual y mejoras salariales a través de la productividad”, que no es otra cosa que incrementar la productividad y con ello la explotación con el mismo salario. Al contrario, está pensada en cómo hacer disminuir los gastos del patrón al contratar menos personas y con menos derechos.
Algunos analistas han planteado novedosa la parte que se refiere al acoso sexual y hostigamiento sexual en el trabajo, es verdad, pero si no se concreta la forma exacta como se pueden llevar a cabo las denuncias, porque mecanismos e instancias judiciales las mujeres pueden defenderse, esta parte no queda más que como una propaganda que intenta hacer política con el voto femenino.
Desde Pan y Rosas denunciamos la falsedad de la propuesta del gobierno en cuanto a los derechos de la mujer, es necesario que las estudiantes y jóvenes que pronto estarémos o ya somos parte del mercado laboral, debemos tener claro sobre el mundo del trabajo en que nos encontramos. Un mundo donde las ganancias y las pérdidas son discutidas en función de la ambición patronal facilitada y bajo la tolerancia de los gobiernos de los estados, votando reformas y leyes, donde la mujer es oprimida socialmente con cárcel para quienes deciden abortar clandestinamente y una esclava en la fábrica.
Rescatamos las lecciones de compañeras trabajadoras que a contracorriente, se han organizado los últimos años en las maquiladoras de la frontera norte, contra empresas koreanas abiertas bajo gobiernos panistas, compañeras que han denunciado las condiciones de explotación y como estas deterioran su salud, con enfermedades de trabajo y accidentes laborales, logrado derechos sindicales en fuertes peleas contra sindicatos blancos.
También reivindicamos la lucha de mujeres organizadas en la frontera norte, contra los feminicidios, donde el 70% de las mujeres muertas, son empleadas de servicios y de maquiladoras en zonas deserticas sin transporte o donde los transportistas han resultado coludidos en casos de secuestro.
Estas experiencias de organización y muchas otras que no son difundidas, como la lucha de las mujeres de Cananea, aunque hoy incipientes deberían ser ejemplo de organización en la Ciudad de México y en el Estado de México, hoy número uno de feminicidios en el país.
Bajo esta perspectiva es que nosotras realizamos este foro, con especialistas y compañeros democráticos, pero también para llamar a organizarnos contra entendiendo nuestras problemáticas, al tiempo que las denunciamos y nos organizamos para luchar por nuestros derechos. En esta perspectiva Pan y Rosas se organiza en 5 países de América Latina en apoyo a las luchas de la mujer y bajo el entendido de que podemos arrancar nuestras demandas al capitalismo actual, pero la liberación cabal de la mujer vendrá de la mano de la liberación de la clase trabajadora y pueblo oprimido.
Pan y Rosas
No hay comentarios:
Publicar un comentario