Construyamos en México un gran agrupamiento de mujeres en lucha por conquistar nuestros derechos

Construyamos un gran agrupamiento de mujeres que luche por conquistar nuestros derechos y recuperar las lecciones y mejores tradiciones de lucha de las mujeres obreras, socialistas y revolucionarias del siglo XVIII y XIX. Sentemos las bases de un feminismo obrero, socialista y revolucionario, que también retome las experiencias de lucha de las Mujeres en México y América Latina.

viernes, septiembre 21

Un gobierno contra las mujeres ¡Abajo la Reforma Laboral Esclavista!

Fin de sexenio y el regreso del PRI

Un gobierno contra las mujeres 
¡Abajo la Reforma Laboral Esclavista! 
El arribo de Enrique Peña Nieto como presidente electo se dio en unas elecciones marcadas por la más profunda antidemocracia. Ésta se manifiesta en la militarización del país y sus fatales consecuencias con más de 100 mil asesinados, 30 mil desaparecidos, 120 mil desplazados y el aumento del clima represivo expresado en la persecución y represión a luchadores sociales, defensores de Derechos Humanos y los asesinatos de periodistas, el recorte de libertades democráticas y violación de derechos humanos, así como la creciente subordinación a Estados Unidos y su estrategia de seguridad.
Estas consecuencias para las mujeres son aún más desgarradoras, con el incremento alarmante del feminicidio, a la par que se han fortalecido las redes de trata y esclavitud sexual; fenómeno que se ha extendido a todo el país y bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto sobrepasó cualquier meta – el Estado de México ocupa el primer lugar en asesinatos de mujeres, al rebasar las cifras de una década de Chihuahua en tan sólo año y medio–. Este grave problema se cimienta sobre las bases estructurales de la violencia hacia la mujer e impunidad del Estado y sus instituciones. Además, mientras todos los días se asesina a una mujer en nuestro país, se ha fortalecido una alianza reaccionaria entre la iglesia y el estado, que ha impulsado una ofensiva sobre nuestros cuerpos, violentando y criminalizando el derecho a decidir cómo vivir nuestra sexualidad, nuestra vida afectiva y reproductiva.
Éste fue el marco de las elecciones presidenciales, que estuvieron plagadas de las acostumbradas suciedades de este podrido régimen. Prueba de ello fue el uso de dinero del narco en la campaña presidencial del PRI, la compra y coacción de votos (Monex, Soriana), el desvío de recursos públicos a través de Scotianbank, los contratos de publicidad con Televisa etc. Ante esto, los grandes medios de comunicación, el IFE, los partidos y las figuras políticas del régimen, incluso otros gobiernos, tuvieron acuerdo con preservar las estabilidad del régimen y desde el primer momento reconocieron y legitimaron el proceso electoral y sus resultados; a pesar de la desconfianza y el rechazo natural de amplios sectores de la juventud, los trabajadores y el pueblo, acerca de la limpieza de las mismas, en un contexto nacional marcado por la represión y las violaciones constantes a las libertades democráticas, en que no está garantizado siquiera el derecho a la libertad de expresión. Y en este marco, dio legitimidad el fallo del Tribunal electoral a favor de Peña Nieto.
Sobre la base de lo anterior el gobierno de Calderón quiere terminar de hacerle el “trabajo sucio” a su relevo priista, presentando nuevamente la reforma laboral ante el Congreso con carácter de urgente. Desnuda así el ignominioso compromiso entre Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto con la cúpula empresarial y financiera.
La iniciativa de reforma laboral legaliza y profundiza las ya de por sí precarias y esclavizantes condiciones de trabajo de la mayoría de la clase trabajadora. Ofensiva que ataca los principales derechos de los trabajadores, pues intenta a toda costa reducir el costo de la mano de obra con la abolición la estabilidad en el empleo, la ampliación de la contratación temporal, abaratamiento del despido, legalización del outsourcing y limitación del pago de salarios caídos en los conflictos obrero-patronales y del derecho de huelga, entre otras medidas tendientes a la flexibilidad laboral.
¡Digamos NO a la Reforma Laboral que golpea doblemente mujeres a las trabajadoras!
¡Basta de trabajos precarios y con menores salarios!
En el quinto año de la crisis económica mundial, los capitalistas y sus gobiernos vienen descargando la crisis económica sobre el conjunto de la clase trabajadora y en especial sobre las mujeres que administran la miseria en los hogares. En México somos una franja muy importante de la clase obrera, ocupando 75% de los trabajos precarios, es decir, con menores salarios, entre 30% y 40% menor que el de los hombres por el mismo trabajo; no contamos con seguridad social ni estabilidad en el empleo, somos las primeras en ser despedidas, al mismo tiempo cabeza de familia en 33% de los hogares en nuestro país. Por si fuera poco cuando quedamos embarazadas, muchas veces somos despedidas o para contratarnos nos piden prueba de embarazo; además, muchas trabajadoras tienen abortos espontáneos por las condiciones aberrantes en el trabajo.
En este marco el gobierno de Calderón además de la militarización, el ataque a las libertades democráticas y el feminicidio presentó ante el Congreso la Reforma Laboral que responde a los interés de los empresarios cerrando así, su gobierno lacayo del imperialismo, la iglesia y los empresarios.
Para las mujeres esta reforma busca lejos de mejores condiciones como lo vienen anunciado, mayor precariedad laboral. No agrega ningún derecho a las mujeres, no toma en cuenta otras licencias que exigen la maternidad, la paternidad y los cuidados familiares, por el contrario  flexibiliza  la licencia de gravidez y la de paternidad a la autorización del patrón, y que no se respete el derecho de la madre y del padre para atender con calidad a los hijos. Otro duro golpe de esta reforma es la fragmentación del salario que favorece la subcontratación y el outsourcing y la contratación por horas, que afectará mayormente a las mujeres.
 Entre otras cosas porque la base de opresión que hace a la mujer, con el cuidado de los hijos, la casa y el trabajo, se mantienen intactas, no hay responsabilidad ni del estado ni de los patrones para que la mujer pueda deslindar responsabilidades domésticas que disminuyan su jornada de trabajo diaria, que comienza en casa, sigue en el trabajo y termina cuando el último miembro de la familia se va a la cama.
Enfrentándonos a la invisibilización del trabajo doméstico no remunerado que equivale 17% del Producto Interno Bruto en nuestro país. A la par, nos condenan a una vida miserable manteniendo a nuestros hijos con sueldos de hambre, sólo por el hecho de ser mujeres; esto nos reserva la patronal en esta democracia para ricos, con su descarnado rostro machista y patriarcal.
Además de nuestras largas jornadas, tampoco tenemos donde dejar a nuestros hijos mientras trabajamos, pues el costo de los jardines infantiles no los podemos pagar. El derecho a sindicalizarse y derecho a huelga para la clase trabajadora es restringido y para nosotras las mujeres trabajadoras es aun más difícil, por las precarias condiciones y el machismo que nos obliga a preocuparnos de los hijos, a ocuparnos de otras “tareas privadas de la familia”, restringiéndonos en el plano social de participar y defender nuestros derechos.
Por ello es necesario que las mujeres tomemos en nuestras manos la lucha por nuestros derechos junto a todos los sectores en lucha, salgamos a las calles a luchar y gritemos:
¡Que la crisis la paguen los capitalistas¡
¡Basta de violencia contra las mujeres!
¡Abajo a la Reforma Laboral!
¡Defendamos nuestro derecho al periodo prenatal y posnatal, salas de cuna y jardines infantiles gratuitos, garantizados por la patronal y el estado!
¡No pedimos, exigimos nuestro derecho al Pan pero también a las Rosas!


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