Ante el asesinato de Susana Chávez y Marisela Escobedo
A menos de un mes del crimen de Marisela Escobedo en Ciudad Juárez, el 6 de enero pasado fue asesinada Susana Chávez, quien también fue parte activa en la lucha contra los feminicidios.
La muerte de Susana suma una más a la lista de 446 mujeres y niñas asesinadas impunemente durante el 2010 en el estado de Chihuahua (según las cifras de Nuestras Hijas de Regreso a Casa AC). Un incremento alarmante, pues durante diez años, de 1993 a 2002, la cifra fue de 413, menor a los ocurridos durante el año pasado. Un caso que de nuevo llena de indignación, además que con éste son tres las defensoras de derechos humanos asesinadas en Chihuahua en un año
Bajo el gobierno de Calderón se incrementan los feminicidios en todo el país.
Los últimos tres años se han cometido 2 mil 50 asesinatos de mujeres y niñas, en 18 estados del país, según las cifras del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. En contra de las declaraciones de Peña Nieto, quien niega los feminicidios en el Edomex, esta entidad alcanzó 922 feminicidios asesinatos de mujeres registrados entre 2005 y 2010.
La militarización del país, bajo pretexto del narcotráfico, por parte del gobierno, trajo consigo un aumento inaudito de la impunidad, violaciones a los derechos humanos, hostigamiento y desapariciones de luchadores sociales en algunos estados del país, asesinatos a civiles, la ocupación de poblaciones, los juvenicidios y más homicidios de mujeres.
A un mes del asesinato de Marisela, no hay un solo detenido y tres jueces son investigados por su responsabilidad en la liberación de un asesino.
En México la justicia esta plagada de indolencias, los feminicidios son la última prioridad de un sistema judicial plagado de prejuicios machistas en sus leyes y el desprecio de las autoridades hacia los crímenes de mujeres.
El caso de Marisela
Marisela Escobedo fue una activista incansable en la lucha contra los feminicidios y por el castigo al homicida de su hija Rubí Marisol Frayre Escobedo, victimada por su pareja en Ciudad Juárez el 29 de agosto de 2008.
Rubí tenía 16 años cuando fue asesinada por Sergio Rafael Barraza. Cuando fue arrestado aceptó haber cometido el crimen y llevó a la policía al lugar donde prendió fuego al cuerpo de Rubí, en un criadero de cerdos. Sin embargo, las autoridades consideraron que faltaban pruebas de su culpabilidad y lo dejaron libre.
Con Barraza prófugo tras una apelación, fue condenado a 50 años de prisión. La información de Marisela reveló su paradero en Zacatecas, pero por falta de apoyo federal volvió a escapar. Cuando fue detenido permaneció preso por homicidio agravado y recluido hasta abril de 2010, cuando fue absuelto en Chihuahua por tres jueces que hoy han sido suspendidos de su cargo.
Marisela, fue una enfermera jubilada que cambió su vida para luchar por justicia para su hija y cuidar a su nieta. Redobló las protestas que dos años atrás la llevaron al DF, exigiendo a Calderón justicia (fue ignorada).
En un acto más de impunidad, el 16 de diciembre, Marisela Escobedo fue asesinada frente a Palacio de Gobierno. Un hombre le disparó en la cabeza, en el plantón que mantenía para exigir la detención de Barraza. “No me voy mover de aquí hasta que detengan al asesino de mi hija”, dijo, era su intención permanecer ahí el fin de año. Unos días después fue asesinado su cuñado. No hay detenidos por el asesinato de Rubí, ni de Marisela, ni de su cuñado. La pena máxima para el asesino de su hija, pedía ella, 60 años de cárcel.
El caso de Susana
“Yo no entendía muy bien lo que pedía Zapata, pero lo entendí ahora… que se les permitiera vivir en libertad, en un pedazo de tierra donde forjarían su hogar… y estarían en paz. Pero eso no podría pasar así, ya que él no obedecía las normas, las leyes establecidas hace siglos para mantener a la mayoría esclavizados, para intereses con más poder… Me sorprendí al encontrarme la verdad de tajo… Pero les digo algo, estoy despierta y me siento muy bien por ello”. Así pensaba Susana, de 36 años, poetiza y activista contra los feminicidios en su estado, quien fue asesinada el 6 de enero pasado.
Los tres implicados en este crimen cuentan con 17 años y comenzó su proceso por homicidio, uno de ellos confesó tras ser detenido cerca de la escena y entregó a sus cómplices. Susana fue encontrada con una bolsa en la cabeza y una mano mutilada (que posiblemente le cortaron en su intento por simular una ejecución del narco).
“Siento vacío, desamparo e impotencia, supongo que como muchos. Pero la esperanza la tengo aún, por que soy mujer de fe. Viva Juárez”. Fue lo último que publicó en su blog.
Los asesinatos de Marisela y Susana son un escándalo internacional, organismos internacionales han hecho condenas a la falta de protección en México a los luchadores sociales.
César Duarte, con tan poco tiempo en el cargo, no muestra nada distinto a diez años de gobiernos priistas en Chihuahua, el estado más militarizado y donde más luchadores sociales fueron asesinados en 2010.
Como Pan y Rosas nos solidarizamos con Nuestras Hijas de Regreso a Casa y con todas las activistas, feministas y luchadoras de Chihuahua. Alertamos a todas las organizaciones defensoras de derechos humanos, por su seguridad.
Repudiamos el asesinato a Marisela y Susana y exigimos el juicio y castigo para los responsables y la detención inmediata y definitiva de Rafael Barraza.
Por una comisión investigadora independiente integrada por los familiares de las víctimas y personalidades de derechos humanos, que tome en sus manos el caso.
Por la apertura de todos los expedientes donde hay implicados asesinos de mujeres.
Alto a la militarización del país.
Basta de feminicidios en todo el país.
Basta de impunidad.
AGRUPACION DE MUJERES PAN Y ROSAS
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